Los precios suben y los bolsillos van a la baja. Estamos en plena era de la crisis y ésta es una realidad que, como consumidores, no perdemos de vista a la hora de comprar un producto o contratar un servicio. Y esto, como todo en la vida, tiene consecuencias. En este caso, en el proceso de decisión de compra, haciendo cada vez más relevante la valoración calidad-precio que el consumidor –o potencial consumidor- se construye mentalmente. Lo que debemos plantearnos es hasta qué punto la conveniencia del precio se está convirtiendo en el único factor diferencial a la hora de adquirir algo o decidir no hacerlo.
El caso de WhatsApp
Un ejemplo muy ilustrativo sobre lo que estamos reflexionando es el caso de WhatsApp, del cual se ha conocido esta semana que va a perder su más preciado aliciente: su gratuidad. WhatsApp, como todos conocemos, es una de las aplicaciones de mensajería instantánea más conocidas para smartphones que, además de texto, permite el envío de imágenes, videos y audio. Ultrautilizada en todo el mundo y con años de trayectoria “gratis”, ahora su uso requiere de 0,80 céntimos de euro al año, una cantidad-racionalmente- más que irrisoria. Pero la medida no ha gustado. Es más, muchos de los usuarios ya se han planteado comenzar a utilizar otro tipo de plataformas similares a WhatsApp, en esto caso, sí, gratuitas.
¿Qué es lo que ha pasado? ¿Los de Whatsapp nos han mal acostumbrado?, ¿O no valoramos suficientemente el servicio ofrecido como para estar dispuestos a pagar 0,80 euros/año? ¿Realmente no lo vale, considerando que hace pocos años pagábamos 20 céntimos por un solo mensaje enviado? ¿O solo nos quejamos porque sabemos que existen otras plataformas aún gratuitas y de similares características-aunque de eficacia aún no probada?
En este sentido, nos gustaría plantear la importancia de la percepción de la calidad de un producto o servicio según el precio o las modificaciones de precio que pueda sufrir éste. Hasta hoy el precio era una variable más para la toma de decisión de la compra final, pero en tiempos de crisis, ¿es la única variable que los consumidores tenemos en cuenta? O, como nos hace pensar el caso de Whatsapp, ¿el problema es que existe tanta competencia en niveles de calidad, que el único factor diferencial es el precio?
Mayor calidad y mejor precio
Cierto es, que cada día los consumidores son más inteligentes y disponen de más información para tomar una decisión de compra, con lo que las empresas día a día debemos esforzarnos para ofrecer a nuestros clientes productos de gran calidad a un precio más competitivo. No es la clave, ni una inversión segura, pero en tiempos de tantos cambios –muchas veces incontrolables-sí parece ser, al menos, una apuesta sensata.