El porcentaje de IRPF que pagamos a través de la Declaración de la Renta se calcula en función de los ingresos que hemos obtenido durante un año y es progresivo. Gracias a las deducciones fiscales, podemos reducir el importe que nos sale a pagar o, mejor aún, aumentar el que nos tienen que devolver.
A través del sistema de deducciones fiscales de la Renta, la Administración trata de buscar un equilibrio entre el dinero que una persona destina a los gastos públicos y su situación personal y familiar, así como sus ingresos económicos.
- Estatales: deducciones fiscales comunes a todas las comunidades y de las que pueden beneficiarse todos los contribuyentes.
- Autonómicas: cada comunidad puede incluir sus propias deducciones y, de esta manera, adecuar los impuestos a las particularidades de su región. En la web de la Agencia Tributaria puedes consultar la Guía de la deducciones autonómicas del IRPF.
¿Te desgravas todo lo que puedes?
Antes de aceptar el borrador de nuestra Renta, sea cual sea su resultado, es muy importante que sigamos los siguientes pasos:
- Comprobar las novedades fiscales que han tenido lugar durante el último ejercicio fiscal por si podemos beneficiarnos de alguna nueva deducción.
- Incluir todos aquellos datos que nos permitirán beneficiarnos de las deducciones a las que tenemos derecho. Habitualmente, el borrador que nos facilita la AEAT suele tener errores y no incluye todos los datos.
- Comprobar si podemos hacer la Declaración conjunta.
- Revisar que, efectivamente, cumplimos con todos los requisitos y las condiciones para poder aplicar una deducción.
¿Y si presentamos mal la Declaración?
La mejor manera de asegurarnos que presentamos nuestra Declaración de la Renta correctamente es contar con la ayuda de un asesor fiscal. Nuestro asesor se encargará de comprobar que todos los datos son correctos, nos informará en caso que hayamos incluido alguna deducción que no nos corresponda y, lo más importante, se asegurará de que incluimos todos los datos importantes que nos podrán hacer ahorrar dinero.
Si al presentar nuestra Renta nos equivocamos y añadimos una deducción que no nos corresponde, puede salirnos caro. En este caso tendremos que devolver el importe de la deducción y además, tendremos que abonar la sanción que corresponda por ello.
